Pero dos años después volvía a pasar por allí. Era de noche otra vez, pero en esta ocasión iba con mis padres; no sé si hay una parte de esa sensación de sentirse infaliblemente protegido por los papás de la infancia se quedó arraigada en mí, pero lo cierto, es que ya no sentí el mismo miedo de la ocasión anterior y me decidí a captar aquella roída casa para después pintarla. Contra los peligros latentes -y mucho más reales- que se presentían en los alrededores (pues era bastante tarde en la noche), logré obtener una imagen algo brumosa de la que después emergería la pintura "Esa esquina me da miedo" del año 2013.
"Esa esquina me da miedo", óleo sobre lienzo 25 x 35 cm, 2013.
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