lunes, 18 de enero de 2016

En el taller

Momentos cotidianos que se transforman en imágenes que simplemente no podemos dejar escapar... Él es santiago, uno de mis estudiantes en mi taller de pintura. Una tarde, los vecinos decidieron acelerar un motor y nos inundaron de humo. Tuvimos que cerrar todas las ventanas. Al terminar la algarabía de los mecánicos, Santiago se asomó con cierta cautela por una de las ventanas y descubrimos que afuera brillaba un potente sol... El instante en que abre la ventana se me antoja lleno de colores y luces para recordar y él lo protagoniza con toda la sencillez y poder de la infancia. No había otro camino: la pintura era mi única respuesta.

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